Inicios del siglo XIX. Un Norteamérica alternativa en la que la magia y los conjuros del folklore popular son efectivos y en la que las colonias americanas no se han independizado todavía de la corona británica gobernada todavía por el lord Protector y cuyo rey está exiliado en Carolina del Sur. Un mundo en el que los pieles rojas se encuentran con los colonos que parten hacia el oeste. En ese mundo rural, mágico y complejo, transcurren las historias de Alvin (séptimo hijo varón de un séptimo hijo varón) llamado por la magia de su prodigioso nacimiento y las circunstancias que en él concurren, a poseer un don poco corriente, el de ser un Hacedor.
En Alvin, el oficial asistimos al enfrentamiento entre Alvin y su hermano Calvin (¿Abel y Caín?), precisamente cuando el primero se plantea enseñar al segundo la forma de legar a ser un Hacedor como él. La envidia no parece ser buena consejera para convertirse en Hacedor y Calvin, en su huida, viaja a la Europa de Napoleón, donde conoce a Balzac. Mientras, Alvin va creciendo como Hacedor en Río Hatrack y se enfrenta a su enemigo, el Deshacedor, que adopta esta vez la forma de una salamandra.
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con la colaboración de Sawayn