La brújula loca

El protagonista es un pobre ser de aspecto y tamaño insignificantes. El autor ha querido reforzar su nimiedad con un nombre pueril: Perico. Mas he aquí que el personaje se sobrepone a su destino y “con la brújula loca, pero fija la Fe” se transforma en el más vigoroso y perfecto de cuantos han salido de la pluma del escritor. Junto a él aparecen una serie de tipos pintorescos, como Martín Pescador, Felisa la Guardesa, Cosme el bandido, Mariuca la niña vagabunda, Micaela la monja clarisa o ese fabuloso e insensato legionario, Catalino Riopérez-Pérez, así como seres que no son siquiera humanos -como “Trespatas” o “Malacopterigia”-, voluntariamente deformados porque así conviene al clima de la narración.