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FAUSTO | 06 de Octubre de 2013
Me he llevado una sorpresa con esta novela, aunque no desagradable, pues pensaba que iba a leer una novela negra (así lo ha catalogado la editorial RBA), y nada tiene que ver con sus famosas novelas: “El cartero siempre llama dos veces” o “Pacto de sangre”.
Es una especie de melodrama (a veces un “dramón”) protagonizado por un ama de casa en la época de la depresión económica de los años 30 y siguientes en los EE. UU. James M. Cain hace una crítica de la sociedad, sin olvidar los sentimientos e interioridades de una mujer, madre y trabajadora. Aparte de un género diferente al que nos tiene acostumbrados y por lo que es conocido, el escritor también ha variado su estilo, donde hace una pormenorización extensa detallando la sensibilidad y acciones de la protagonista (emancipación de la mujer) como un retrato familiar, social y político.
La historia versa sobre una mujer de clase media, los esfuerzos y penurias que debe afrontar para abrirse paso junto con sus hijas, en una sociedad con prejuicios sociales (igual que los tiene ella misma) y con dificultades para encontrar trabajo. Se puede considerar una novela un tanto feminista, pues desde el principio Mildred intenta “tomar las riendas” de su vida echando al marido por infidelidad (una actitud progresista para la época). A partir de aquí sufrirá para ganarse la vida, y su esfuerzo y tesón tendrá su recompensa: una vida propia y de éxito.
Se describe su vida profesional, sus sentimientos, vida amorosa y sexual (amantes y maridos), y sobre todo, su relación especial amor-odio con su hija mayor Vera. Relación difícil y tormentosa en el plano afectivo y de educación, pues la presunción y orgullo de la hija tiene un “aliciente” en el cariño ciego y dedicación de su madre. Para mí, son criticables las actitudes de Mildred como de Vera, unas actitudes que tienen mucha miga.
Una novela interesante, a pesar del “engaño” inicial, que aunque no llegue, en mi opinión, al nivel de las obras mencionadas, es un relato recomendable.
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