Cuatro citas falsas de amor

Ser una escritora aclamada era una de mis metas más anheladas y de la que me sentía muy orgullosa, hasta que la vida me llevó a tropezarme con él…: el hombre de mis sueños.

No, no me había vuelto loca.

Él era igual a esa fantasía secreta que me había empujado a escribir Cuatro citas de amor, harta de relaciones que no me llevaban a nada.

Está bien, me había vuelto loca, ¿qué le voy a hacer?

Soy así, la soñadora May Gohshed, la autora romántica del momento y mi problema está, que cada vez que me tropiezo con él, con Marcus, un cosquilleo nace en mi interior y eso es muy, pero que muy malo, se suponía que él era mi fantasía y que estaba solo en mi mente...

De todas las mujeres del mundo, tuve que toparme con la chiflada de turno.

Ella es una escritora qué está decidida a demostrarme que los finales felices sí existen y yo, Marcus Lancaster, no creía en ello, ni tampoco me dejaba llevar por los impulsos.

Desde que mi familia me consideró un Lancaster de segunda tomé la decisión de trabajar muy duro para demostrarles lo contrario, pero el destino es tan puñetero que últimamente se ha encargado de que me tropiece hasta cuatro veces con esa chiflada. Se ha vuelto un desastre continuo en mi vida y encima es la nieta del mejor amigo de mi abuelo, cuyo hotel familiar puede caer en las manos de la cadena Lancaster si no se ajustan a las medidas pertinentes.

¡Y no solo eso!

He descubierto que ella, May Gohshed, me gusta más de la cuenta… ¡Eso sí que es un problema para mí! Es mejor que tome medidas desde ya.

¿Te apetece una cita para descubrir el final de este enredo?